Y aquí vivirás con nosotros.
¿Quién te lo iba a decir?
¿Quién nos lo iba a decir?
Te has hecho esperar, ¡Joío!
¡Pero aquí estás! Casi en mis brazos.
Que poco falta. Tu luz, tu alegría
ya está aquí, llenándolo todo...
Con esos ojos, grandes y profundos,
que todo lo quieren ver...
que todo lo quieren saber...
Y cuando llegues, a su abrigo,
en su calor, ya por fin,
en sus brazos dormirás.
Y entonces lo descubrirás:
Que sus ojos, como los tuyos,
son también...
¡¡¡Grandes y profundos!!!!
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