Me tiemblan los dedos al escribirte.
En el fondo me gusta.
Sí, esto me gusta, lo de volar
tras las palabras atadas en la lluvia.
En el vómito encuentro la paz.
Entiéndeme...
siempre lo he buscado:
lo de ahogarme en la profundidad
de un melancólico piano.
Me tiemblan los dedos al escribirte.
Te conozco bien, son muchos años.
Descalzo en el abismo,
me sujetas sobre tu fino hilo
de tu lacerada zozobra.
Tanta vida me das, que siempre te seguiré.
Aunque así te llames...
Tan vivo me haces, que siempre te amaré.
Aunque así te llames...
Así que no te preocupes que seguiré
temblando y de nuevo te escribiré.
A tí, sí, a ti, que así te llamas:
... mi desasosiego,
mi tristeza.
mi tristeza.
No tengo muy claro donde exactamente estoy escribiendo esto ni donde llega...esta es mi experiencia en los blog....sólo decirte de momento q gracias por haberme dejado entrar...bueno habernos...pique migue tb entro....en este espacio q se q es un espacio difícil de acceder...sólo decirte de momento que me ha gustado mucho leerte y que creó que María José no exageraba el otro día cuando te hacia publicidad....en serio un placer poder leerte....y espero poder seguir leyendo....una brazo a los tres. Cristina.
ResponderEliminarCristina, me siento muy alagado con tus palabras. Muchas gracias.
EliminarTengo el blog muy abandonado lo cual es en cierta forma buena señal... Pero, gracias a que sacaste el tema en el desayuno y mostrastéis interés, mi narcicismo se ha activado y hoy me he puesto a reelerlo y al encontrar tu comentario me he ilusionado muchísimo, je, je.. así que gracias otra vez!!!
Un abrazo!!!