Barriguita fuimos...
barrigota semos...
y por fin, otra vez,
uno seremos.
Danzad y danzad: dados, danzad
Se mostró el cartel:
blanco con
dos líneas
rojas como
la sangre
y: ¡ay,
dios mío!, aterriza
que se
acabó el castigo,
compártelo
junto a mi...
Bandera de salida
al fin, gracias a ti,
bandera de salida
brindemos por Wassif.
Son miradas, suspiros,
alegría
contenida,
la lluvia
te ayudó
con el
dado que ya rodó
que de la
cama hace rato
azaroso ya
se despidió.
Bandera de salida
al fin, gracias a ti,
bandera de salida
brindemos por Wassif.
Y por ahí
sigue... ya viene
a
nuestro encuentro, volando
guardando
un secreto:
(que muy
pronto sabremos,
que no tan
pronto sabrán)
¡el número
para el abrazo
que su
cara mostrará!
Amor,
aguarda, paciencia,
que el
dado aún nos sigue...
atemporal,
en su danza.
Entrelazados
Casi en mis brazos, que poco falta.
Y aquí vivirás con nosotros.
¿Quién te lo iba a decir?
¿Quién nos lo iba a decir?
Te has hecho esperar, ¡Joío!
¡Pero aquí estás! Casi en mis brazos.
Que poco falta. Tu luz, tu alegría
ya está aquí, llenándolo todo...
Con esos ojos, grandes y profundos,
que todo lo quieren ver...
que todo lo quieren saber...
Y cuando llegues, a su abrigo,
en su calor, ya por fin,
en sus brazos dormirás.
Y entonces lo descubrirás:
Que sus ojos, como los tuyos,
son también...
Y aquí vivirás con nosotros.
¿Quién te lo iba a decir?
¿Quién nos lo iba a decir?
Te has hecho esperar, ¡Joío!
¡Pero aquí estás! Casi en mis brazos.
Que poco falta. Tu luz, tu alegría
ya está aquí, llenándolo todo...
Con esos ojos, grandes y profundos,
que todo lo quieren ver...
que todo lo quieren saber...
Y cuando llegues, a su abrigo,
en su calor, ya por fin,
en sus brazos dormirás.
Y entonces lo descubrirás:
Que sus ojos, como los tuyos,
son también...
¡¡¡Grandes y profundos!!!!
Aunque así te llames
Me tiemblan los dedos al escribirte.
En el fondo me gusta.
Sí, esto me gusta, lo de volar
tras las palabras atadas en la lluvia.
En el vómito encuentro la paz.
Entiéndeme...
siempre lo he buscado:
lo de ahogarme en la profundidad
de un melancólico piano.
Me tiemblan los dedos al escribirte.
Te conozco bien, son muchos años.
Descalzo en el abismo,
me sujetas sobre tu fino hilo
de tu lacerada zozobra.
Tanta vida me das, que siempre te seguiré.
Aunque así te llames...
Tan vivo me haces, que siempre te amaré.
Aunque así te llames...
Así que no te preocupes que seguiré
temblando y de nuevo te escribiré.
A tí, sí, a ti, que así te llamas:
... mi desasosiego,
mi tristeza.
mi tristeza.
Nudos
Ataduras de insalvables nudos,
hace tiempo que al hueso llegaron...
Y me pregunto...
¿cuándo se romperán?
¿Cúando?
Aguanta un poco más me digo
total, ¿qué son unos días más?
Pero yo sólo te oigo decir:
-¡venid ya, venid ya!-
Sólo te oigo decir:
-Venid ya, venid ya...-
No lo hagas
Por favor no lo hagas:
¡Fugitiva imagen!
No quiero escucharte.
No quiero verte.
No quiero hablarte.
Inasible sueño,
acabas de abrir viejas heridas
y no tengo consuelo...
Por favor no lo hagas,
no la compartas conmigo
tu alegría, tu feliz alegría,
no la compartas conmigo...
Imagen que nunca alcanzo,
herida abierta, por favor,
no la compartas conmigo...
No lo hagas...
porque hoy, como ayer,
entre mis dedos,
eres otra vez
ceniza...
sólo gris ceniza.
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